La conquista del valle del río Vinalopó supondría para el rey Conquistador, Jaime I, ganar un territorio estratégico. No conquistó este territorio en el primer ataque, sino que sus caballeros tuvieron que adentrase en estos territorios en varias ocasiones, y todo en solamente dos años.
La capital, la medina, del alto Vinalopó fue Bilyana, la musulmana Villena que configuraba un iqlim, una comarca, dentro del reino de Murcia.
El primer ataque fue el de Ramón Folch de Cardona y Artal de Alagón.
El segundo ataque fue el de Berenguer de Entienda, con la batalla que se produjo en los prados de Santa Eulalia.
La capital del iqlim, Byliana, sufrió también un tercer ataque, donde los musulmanes atacaron e incendiaron el campamento y las bastidas que portaban.
El último ataque se produjo en el año 1240. En ese momento los que atacaron Byliana, bajo las órdenes de Jaime I, fueron los calatravos, ayudados por los temibles almogávares. El castillo cayó y con él todo el territorio que controlaba. De este momento tenemos la crónica de la orden de Calatrava, donde se nombra también al comendador.
Frey don Lope Martin, comendador de Alcañiz, con otros caballeros de la Orden que residían en el castillo de Alcañiz, ganó de moros las villas de Villena, Sax, Borraga y Salinas. Mas luego se las tomó el Infante don Alfonso.
En el castillo de Alcañiz, el lugar desde donde comenzó la conquista y configuración del territorio que se convertiría en el reino de Valencia, se encuentran varios frescos que representan la historia de este momento. Uno de ellos muestra un campamento de calatravos a los pies de dos castillos que se han podido asimilar a los castillos de Villena, tanto el de la Atalaya como el de Salvatierra, mostrándose las armas de la Corona de Castilla.
Estas tierras del Alto Vinalopó pasaron a ser propiedad del rey conquistador y de la propia orden, hasta que en el año 1244 Jaime I y el entonces príncipe de Castilla, el infante Alfonso, firmaron el tratado de Almizra.
Artal de Alagón 
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